Es impresionante cómo ha evolucionado la fotografía en los últimos años, tanto si hablamos de la profesional, como la de los móviles. En este último caso se están alcanzado resultados que son casi una locura, en parte gracias al desarrollo de la inteligencia artificial. Pero ya sea que tengas un teléfono o una cámara, vamos a obviar los modos automáticos y enseñarte a dominar sus 4 principales claves.
Antes de empezar a comentarte punto por punto, queremos asegurarnos de que sepas que lo básico para entender fotografía es poder controlar la luz. De hecho todo se basa en eso prácticamente, cuanto mejores y más favorables sean las condiciones lumínicas, mejores resultados obtendremos. Y para eso solo necesitamos algunos consejos básicos que nos van a permitir aprovechar mejor nuestra cámara en cada caso según la situación.
La sensibilidad ISO en la fotografía.

Vamos a comenzar hablando del ISO, un parámetro que influye significativamente en la calidad final de la fotografía, afectando directamente el nivel de detalle. Como ya te habíamos adelantado, todo gira en torno a controlar la luz, en este caso el ISO determina la sensibilidad a esta. Valores más cercanos al 0, otorgan mayor nitidez y definición a la imagen pero solo en condiciones de abundante iluminación. En cambio si decidimos aumentar dicho valor, conseguiremos rescatar más luz, pero, eso sí, comenzará a aparecer el temido ruido que distorsiona nuestras fotografías.
Velocidad de obturación o tiempo de exposición.

Como quiera que conozcas este parámetro siempre será lo mismo, y no es más que lo que demora el sensor en capturar la fotografía. Más exactamente se trata del tiempo que el obturador de la cámara permanece abierto dejando pasar luz para obtener la imagen. Aquí también hay sus pros y sus contras, pero siempre se le puede sacar partido para lograr mejores resultados dependiendo de lo que se busque.
Jugando con tiempos cortos se consigue congelar la imagen incluso a grandes velocidades, ideal para escenas de deporte o en movimiento. Mientras que si tiramos de varios segundos para obturar, conseguimos sacar más luz de la que hay, muy útil en paisajes nocturnos por ejemplo.
Claro, aquí en ambos extremos hay dificultades que debemos tener en cuenta y saber cómo mantener bajo control en determinadas situaciones. Con poca luz no se puede bajar demasiado el tiempo de obturación, o no se verá nada. Por otra parte si decidimos aumentar el tiempo, hay que dejar el teléfono quieto, preferentemente en un trípode o la imagen quedará movida y borrosa.
El foco de la fotografía.

Quizás pienses que este apartado es el menos relevante o importante tener en cuenta a la hora de usar tu cámara y hacer fotos. Esto dado a que con el teléfono tenemos muy poca libertad, y solo en ocasiones donde queramos dedicarnos a escenas macro, o con rostros y objetos cercanos, se va a notar el efecto. Sin embargo hemos visto como en los últimos años esto se ha visto emulado gracias a los diferentes modos retrato y apertura que lo imitan.
Con las cámaras profesionales la cosa cambia, ya que su versatilidad cuando cambiamos el objetivo nos permite jugar con amplias posibilidades y de mejor calidad. La distancia focal es lo que determina la profundidad de campo, cuanto menor sea esta, mayor rango de enfoque tendremos. Esto viene apoyado también por la apertura del diafragma, valores f más altos permiten menor profundidad de campo resultando en desenfoques más agresivos.
Balance de blancos o temperatura del color.

Llegamos ahora al apartado que define los colores de nuestra fotografía, lo que ajusta, hace la diferencia y le da el toque final. Por cualquiera de sus conocidos o referenciados nombres, esta herramienta más allá de ajustar el color, nos ayuda con el realismo o abstracción de la foto. Además permite balancear y calibrar las diferentes tonalidades que presenten dominancia en la imagen para equilibrar la luz y lograr optimizar el espectro.