Elemento básico y primordial que valoramos a la hora de elegir un teléfono, las pantallas resultan determinante para decidirnos en muchos casos. Una vez fijado su tamaño y si la queremos con notch, agujeros, o despejada, faltaría asegurarnos de cual nos ofrecería mayor calidad. Para ayudarte a comprender mejor cómo funcionan y que sepas escoger, éstas son sus diferentes tecnologías.
Lo primero que debes saber es que estas tecnologías se implementan por igual en todo tipo de aparatos, desde televisores hasta laptops y monitores. Sin bien la base de funcionamiento es la misma en todos los casos, en dependencia del sector, se añaden modificaciones que mejoran su desempeño. Para despejar todas las dudas hoy te vamos a estar hablando específicamente de las utilizadas en nuestros Smartphones.
Pantallas LCD.
Comenzamos primeramente por las más usadas en todo tipo de dispositivos, ya que son también las más baratas de fabricar. Nos referimos a las LCD (Liquid Crystal Display) que como su propio nombre indica son una especie de cristal líquido que alberga diferentes matrices. En este caso los píxeles solo se encargan de modificar la fuente de luz que les llega mediante retroiluminación, variándola para crear los diferentes colores.
Dentro de la propia LCD existen varios tipos de métodos o tecnologías de implementación que se diferencian mínimamente y hacen a algunas mejores que otras. La que más suele usarse se denomina IPS (In-Plane Switching) y a continuación vamos a detallarte cuáles son sus principales ventajas e inconvenientes:
- Ofrecen mayor nivel de brillo pero menor nitidez y contraste.
- Los blancos son más puros, pero los negros no llegan a ser completamente negros.
- Los colores en general suelen ser más realistas aunque a veces muy apagados.
- Tienen tiempos de respuesta más lentos y peores ángulos de visión.

Pantallas OLED.
Llegamos ahora al turno de comentar esa otra gran parte de las pantallas que portan nuestros dispositivos móviles, las fabricadas bajo la tecnología OLED (organic light-emitting diode). Como en el caso de las LCD, estas se dividen en varios grupos como por ejemplo las P-OLED y las AMOLED entre las más usadas. Todas funcionan de la misma forma y como su nombre refiere, no son más que diodos orgánicos emisores de luz tricolor independientes por cada pixel.
En el caso de las P-OLED le deben su nombre al plástico con que se fabrican y son más delgadas y moldeables. Ahora está muy de moda atiborrar de innumerables nombres a los diferentes tipos de pantallas bajo esta tecnología. Que si SUPER, que si FLUID, que si DYNAMIC, todo para especificar las mejoras del fabricante y de paso hacer un poco de márquetin. Así como las LCD, estas tienen sus puntos fuertes y desventajas, además de destacar precisamente en todo lo que fallan las otras y viceversa:
- Hacen menor consumo energético ya que lo negros son pixeles apagados.
- Poseen mayor saturación de color, pero en algunos casos excesiva.
- Su proceso de fabricación es más caro y se degradan con el tiempo.
- Ofrecen gran versatilidad para implementar todo tipo de soluciones como sensores debajo, agujeros y flexibles.

Cuál es la mejor.
Si bien es cierto que hay claras ventajas de unas con respecto a otras, no todos valoramos los mismos aspectos en una pantalla. Además muchos de los inconvenientes en cada caso tienen una solución cada vez más precisa que permiten el mejor desempeño posible. Por tanto independientemente de que las OLED dominen el mercado actual y principalmente en la gama alta, no temas en adquirir una buena LCD.