En el artículo anterior te contábamos la esencia sobre la elección y control y su papel en las plataformas de Android y iOS. Continúa leyendo para que te enteres de los puntos que determinan dicha elección y control.
Elección y control en Android
Privacidad:
Comencemos hablando de la privacidad, aspecto en el cual Apple realmente pone un mayor énfasis. Aunque muchos digan lo contrario, tampoco es imposible tener cierta privacidad en Android. El esquema y la forma en que Google trabaja y nos brinda sus servicios, dependen en muchas ocasiones del nivel de la cantidad de datos que podamos ofrecerles, siempre con la opción de compartirlos o no, sacrificando, como es lógico, cierto nivel de funcionalidades.
Muchas veces los esquemas de control de la privacidad en Android son algo complejos y en ocasiones ni nos detenemos a leer un simple contrato de uso de una aplicación. En muchas ocasiones las personas eligen la posibilidad de tener una mayor funcionalidad al costo del uso de sus datos sobre la alternativa de menor funcionalidad y mayor privacidad. Aunque siempre la elección está ahí, solo depende de tí.
Seguridad:
¿Qué pasa con la seguridad? Bueno, no es menos cierto que Android permite instalar aplicaciones de fuentes desconocidas o externas. Parece toda una locura, verdad. Aunque como ya sabes, también es una elección. Y si aún así lo decidiéramos hacer de esta manera, el propio sistema te alertará o evitará la instalación de las mismas. De realizarse, el sistema también analizará el archivo en busca de posibles problemas conocidos, identificando cualquier señal de alerta. Un poco de sentido común no nos vendría mal a la hora de realizar estos procesos.
Actualizaciones:
Esto nos lleva al apartado referente a las actualizaciones, ya sea la de obtener una nueva versión de Android o la referente a los parches de seguridad mensuales, ambas de igual importancia cuando hablamos en materia de privacidad y seguridad.
Es un hecho que la gran mayoría de fabricantes de teléfonos Android no cumplen de manera sobresaliente en este apartado. Algunos hacen un trabajo realmente malo con respecto a sus políticas y formas de actualización, siendo el usuario final el más afectado. Es algo difícil buscar en el ecosistema un dispositivo Android que nos dé una experiencia favorable en cuanto a lo que actualizaciones respecta. Esto solo nos hace mirar hacia los teléfonos Pixel de Google.
Un Pixel es lo más cercano a un equivalente de un iPhone en el mundo Android. Este teléfono está hecho por la misma compañía responsable del sistema operativo. No existen intermediarios ni fuerzas externas. Es una versión sin mezclas de capas o servicios que los fabricantes imponen y que influyen en la experiencia final del usuario; siempre luchando por captar la atención del mismo con herramientas o funcionalidades llamativas.
Concluyendo:
Por suerte, a diferencia de iOS, un Pixel no es nuestra única elección. Puedes tenerlo si lo deseas, pero siempre será una elección. La plataforma de Android está plagada de una rica diversidad de terminales y capas de personalización. Todo se resume en el análisis de las necesidades que como usuario tenemos, y valoramos qué terminal cumple a mayor cabalidad nuestras prioridades. Tenemos de sobra por dónde escoger. Solo queda el educarse en relación a las posibilidades que nos brindan cada uno de los fabricantes.
Android y iOS a lo largo de los años han madurado juntos y cada vez se hacen más similares. Pero la diferencia fundamental de elección y control sigue siendo un factor importante que los separa. El enfoque que tiene una plataforma no es inherentemente mejor que la otra, pero sí son notablemente distintas. Cuanto antes podamos comprender realmente esta realidad, antes podremos dejar de tener discusiones tontas que giran en torno a una suposición inexacta.
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